En la dirección del norte, tenemos el colibrí. El colibrí representa el coraje que se requiere para embarcarse en un viaje épico. Los colibríes migran sobre el Atlántico, yendo todos los años desde Brasil a Canadá. A primera vista, el colibrí no parece estar demasiado preparado para un vuelo trasatlántico. No tiene la envergadura de las alas del águila, ni su pequeño cuerpo puede almacenar demasiado alimento. Sin embargo, responde a una ancestral llamada para embarcarse en este vuelo épico. Responde a la llamada cada año. Cuando la energía de este arquetipo nos alcanza, nos vemos impulsados en nuestro viaje épico que, con el tiempo, nos llevará de vuelta a nuestro origen, donde nació nuestro espíritu.

La energía del norte nos ayuda a embarcarnos en grandes viajes, a despecho de los grandes riesgos que haya que afrontar. Cuando no dispongamos de suficiente tiempo o dinero, o cuando no sepamos cómo conseguir lo que pretendemos, el colibrí nos proporcionará el coraje y la orientación necesarios para el éxito.

Cuando negamos su llamada, comenzamos a morir. Cuando optamos por la comodidad frente al descubrimiento, o comprometemos el anhelo de crecimiento del alma, comenzamos a marchitarnos. Y cuando despertamos de nuevo el gran instinto de aprender y de explorar, nuestra vida se hace menos banal y prosaica, y vuelve a ser épica.

Tu trabajo durante todo este tiempo te ha llevado desde la sanación de viejas heridas, hasta la recuperación de tu propio poder, has liberado cargas pesadas y reconocido tus sombras. En el viaje del Colibrí, las puertas están abiertas para dar paso al maestro interno. Estás preparada/o para crecer y recibir la influencia de los Maestros, a reconocer tu Sabiduría Interna.

 Vamos a Recordar, en este épico viaje, que la Muerte siempre acecha, y jamás espera. De nada sirve posponer para más adelante nuestros planes y anhelos.